Redactás habitualmente pero ¿querés saber la manera de hacerlo rápido, bien y de manera efectiva? Llegaste a la mejor guía sobre Cómo Redactar los Mejores Textos, donde encontrarás las fórmulas con las que tu escritura podrá enriquecerse, no sólo por la forma en la que expreses los contenidos sino también porque quedarán tan llamativos que nadie podrá resistirse a su lectura.
Dejá atrás el temor a la página en blanco y disfrutá sabiendo qué es lo mejor para cada espacio de un texto: las palabras justas en un título, la mejor descripción para un video o la más interesante entrada para un post.
Inicio rápido: la fórmula para enamorar
El punto de partida se encuentra en posicionarte en qué estás escribiendo, dónde será publicado y quién será el que reciba aquello que vayas a escribir. Con esta aclaración dejarás de lado el vocabulario específico si se trata de un artículo general o el millar de palabras si escribís para una red social.
Hoy nadie quiere leerte, entonces tenés que armar una especie de megáfono con tu escritura para que aunque traten de esquivarte estés ahí presente, firme y con convicción sabiendo que lo que tenés para comunicar.
Ya sea que se trate de una redacción de 1.000 palabras o que tengas que hacer un post para una red social, lo importante es que no dejes de tener en cuenta este orden infalible:
- Capturar la atención
- Generar interés
- Enamorar
- Actuar
Sin ir más lejos se trata de la misma fórmula que seguramente has utilizado si en algún momento de tu vida quisiste conquistar a alguien.
Romper la monotonía de la vida de tu público lector tiene que ser tu propósito si estás buscando Cómo Redactar los Mejores Textos. Si lográs despertar a un aburrido internauta seguramente ya habrás dado un buen primer paso.
Como segundo escalón tendrás que buscar la manera de que encuentre en vos eso atractivo que te hace único. Ir en contra de lo esperado es una buena propuesta pero tenés que ser cuidadoso porque, además, es importante ser claro y no proponer algo que en realidad no sos. ¡Mirá que cuando se pierda la etapa del enamoramiento no querrás perder a los candidatos que tanto te ha costado conseguir!
Llegarles directamente a su corazón es una de las metas que tendrás que proponerte para este siguiente tercer paso acerca de Cómo Redactar los Mejores Textos. Estás en el cuerpo del texto y acá es el momento de que ofrezcas aquello que tenés para solucionar un problema o para demostrar cómo podés acompañar sus vidas con aquello que tenés para brindarles.
Listo, el vínculo se ha establecido y como las relaciones son de a dos te tocará en un último párrafo pedirle a tu contraparte que haga algo más. Que avance hacia la siguiente página, que comparta el contenido, que te comente lo que le ha parecido, que te consulte las dudas que le pueden haber quedado. De esa reciprocidad se nutre también tu siguiente contenido que ya tendrás que ir pensando en producir. Porque si algo se necesita para mantener viva la llama de la comunicación es no abandonar nunca aquel vínculo gracias al cual se ha encendido.
Entre el enamoramiento y la acción
Entre el momento en que lográs que se genere ese vínculo estrecho mediante lo que tenés para ofrecer y lo que el público necesita, y el instante en que le pedís a tu contraparte que haga algo para mantener el diálogo abierto, pueden haber varias instancias que harán tu redacción más consolidada y, en muchos casos, más plena de recursos y persuasión.
Es el llamado -Paso de la Convicción- en esta guía sobre Cómo Redactar los Mejores Textos. En este momento se puede aprovechar para contar cómo otras personas también han sabido aprovechar lo que se tiene para ofrecer y este tipo de narración cercana a lo testimonial resulta muy útil y convincente. Puede forjarse a partir de comentarios reales, estadísticas, ejemplos y referencias. Es importante que siempre sea un acercamiento sencillo, ameno y verdadero.
Cómo mantener la atención en medio de tanto fragmento
La lectura impuesta hoy por la web está marcada por la fragmentación. Muchas veces ocurre lo mismo en nuestra cotidianidad, en la que la llegada de un mensaje de texto interrumpe por completo la línea de acción de lo que veníamos realizando.
Es por ello que cuando se tiene bastante que comunicar no alcanza con implementar la fórmula antes mencionada una sola vez. Es imposible que un solo disparador mantenga la atención a lo largo de todo un relato. Por ello, tendrás que pensar la manera de volver a desestabilizar la lectura.
¡No me des vuelta la cara!
Decile con todas las letras que no te abandone, que todavía tienen mucho por vivir juntos y que querés que se conozcan realmente.
Para esto tendrás que haber planificado con anticipación todo lo que querés comunicar. Así no dejarás expuestas todas tus virtudes desde un primer momento y si el lector quiere saber más tendrá que seguir atento a la consecución de los hechos.
Para esto es bueno muchas veces ir anticipando que algo lo explicarás luego o dejar un testimonio atrapante inconcluso para anunciar que luego será retomado en el final…como en las mejores sagas cinematográficas.
A cada problema, una solución
Adelantarse a los problemas que el lector pudiera tener es parte también de una fórmula infalible propuesta en esta guía acerca de Cómo Redactar los Mejores Textos. Ponerse en la cabeza de otro no siempre resulta sencillo pero con una investigación sobre el tema del cual te abocarás a la escritura sabrás más o menos cuáles son los cuestionamientos que se generan o los interrogantes que están dando vueltas en relación a ese tópico.
Con el planteamiento de la problemática y la alternativa que con tu conocimiento se puede dar para su solución, habrás avanzado en gran medida en lo que a acercamiento a tu público lector se refiere, porque no solamente les habrás hablado de lo que tenías intención de comunicar sino que también les habrás dejado una solución a un posible problema que podría estar desvelándolos.
Para terminar no olvides la interacción, con lo que les hayas pedido a tus lectores habrás al menos descubierto si la relación queda abierta para tener otra cita.
¿Te animás a ponerte a escribir ahora? ¡Ya sabés cómo empezar!